13/3/11

Testimonio inglés de la primera Costa Brava

Tusquets rescata en catalán la crónica de la Tossa de los años 30 de Nancy Johnstone.
En Tossa de Mar, en 1935, se abrió el primer hotel de la Costa Brava pensado para alojar turistas extranjeros y durante un año contribuyó a reforzar el microclima social y artístico que se había creado en torno a un grupo de artistas e intelectuales refugiados en esa población. La propietaria de esa fonda, Nancy Johnstone, publicó Hotel in Spain (1937), una crónica de esa experiencia, de sus inicios como establecimiento hotelero y de su posterior reconversión en residencia para niños refugiados durante la Guerra Civil. Ahora la editorial Tusquets recupera este libro al cabo de casi 75 años y otro que la misma autora publicó a continuación, Hotel in flight (1939). Los ofrece conjuntamente en catalán en Un hotel a la costa (Tossa de Mar, 1934-1939) con introducción, edición y traducción a cargo del profesor de literatura inglesa de la Universitat Pompeu Fabra Miquel Berga.
La llegada de refugiados de la Primera Guerra Mundial a Tossa confluyó unos años más tarde con los descontentos por la situación política en Europa y el ascenso del nazismo. En 1934 la revista Art publica un número extraordinario dedicado a la colonia de artistas extranjeros que incluye nombres tan llamativos como Marc Chagall, André Masson, Georges Bataille, Oscar Zügel, Otho Lloyd o Dora Maar. El crítico de arte y pintor Rafael Benet define Tossa como “Babel de las artes”. Y es este mismo año cuando desembarcan el periodista escocés Archie Johnstone y su entusiasta esposa Nancy. En pocos meses deciden dar un cambio radical a sus vidas, por iniciativa de Nancy, y dejan Londres para poner en marcha un pequeño hotel de once habitaciones, muy alejado de los planteamientos del turismo de masas. Encargaron su construcción a Fritz Marcus, un reputado arquitecto alemán que había tenido que emigrar por ser judío y ya regentaba un bar en Tossa. El hotel abre en verano de 1935 con un sorprendente éxito de visitantes, preferentemente ingleses. Carles Sentís dice en un reportaje para L'Instant que ha encontrado hasta siete periodistas del News Chronicle y otros del Daily Herald y el The Times. Para todos ellos Tossa era “el paraíso azul”, según la definición acuñada por Marc Chagall.

Aquella experiencia se truncó el 18 de julio de 1936 con el estallido de la Guerra Civil. Hasta cuatro destructores ingleses llegaron a la Costa Brava para recoger a los súbditos británicos. Archie y Nancy fueron de los pocos que se negaron a embarcar. Y su encantador hotel pasó a albergar niños refugiados. Pero cuando los republicanos perdieron la guerra, ellos compartieron también la experiencia del exilio. Uno de los últimos capítulos del libro narra el paso por Figueres de los Johnstone y su colonia de niños. Se alojaron en el teatro Edison. Se habían retirado las butacas de la platea y se instalaron doce colchones en cada uno de los cuales se instalaban hasta cinco criaturas. Allí vivieron los primeros bombardeos sobre la ciudad. “Figueres nos parecía la viva imagen del infierno”, escribe Nancy. Por suerte, marcharon el día que hubo los más intensos. Los niños acabaron en campos de los campos de concentración franceses y Nancy y su marido en Perpiñán, malviviendo de colaboraciones periodísticas y de sus dos libros, que publicó Faber & Faber. Como señala Berga, sus crónicas pertenecen “a un subgénero de viajes muy fructífero en la literatura inglesa”, en que se narran con humor “las peripecias de establecerse en el extranjero y gestionar el choque cultural y las peculiaridades del lugar de destino”.
1935 Así era Tossa... con la Casa Johnstone, recién
construida e inaugurada, perdida en medio
de la montaña Tusquets editores
Los Johnstone acabaron marchando también como otros exiliados a México.Unos años más tarde se separaron. Archie regresó a Londres, y en 1947 a Moscú a trabajar en la embajada. Dos años después anunció en el Pravda su intención de quedarse en la URSS, donde murió. De Nancy se sabe que se hizo muy amiga de Constancia de la Mora, esposa del jefe de la aviación republicana Hidalgo de Cisneros. Ambas se fueron de viaje a Guatemala en 1950 y allí sufrieron un accidente de coche en el que muere Constancia. De Nancy, herida de gravedad, se perdió el rastro.
Josep Playà, publicat a la Vanguardia el 11.03.11

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